EXTREMADURA - Iberdrola introduce colmenas en la planta fotovoltaica Arañuelo III
- La compañía cuenta ya con más de 300 colmenas en instalaciones renovables, que congregan cerca de 15 millones de abejas
- Esta iniciativa pretende demostrar cómo los polinizadores pueden mejorar la estabilidad de los ecosistemas y potenciar el rendimiento de los cultivos en terrenos agrícolas circundantes
Iberdrola sigue avanzando en su proyecto para proteger la biodiversidad en el entorno de sus plantas fotovoltaicas a través de la instalación de “colmenas solares” con la colocación de 35 apiarios en Arañuelo III (en la comarca de Almaraz, Cáceres). De esta forma, la compañía cuenta ya con más de 300 colmenas que congregan cerca de 15 millones de abejas.
Además de estar situadas en un terreno de dehesa calificado como ecológico por el Comité de Agricultura Ecológica de Extremadura, las colmenas de Arañueño III serán atendidas por uno de los pocos apicultores certificados en la región para producción apícola ecológica. De esta forma, la miel producida en este emplazamiento renovable será 100% ecológica.
Esta iniciativa se lleva a cabo junto la empresa especializada Tesela Natura, que también ha colaborado con la compañía para la instalación de 105 colmenas en la planta fotovoltaica extremeña de Núñez de Balboa, que albergan a 5 millones de abejas.
Así mismo, en la planta fotovoltaica de Andévalo, en Huelva, Iberdrola ha instalado el colmenar fotovoltaico más grande del mundo, con 165 apiarios que congregan 8 millones de abejas.
El proyecto, que continuará desarrollándose en otras plantas fotovoltaicas de Iberdrola en España, persigue demostrar cómo la ubicación de polinizadores en instalaciones renovables puede mejorar la estabilidad de los ecosistemas y potenciar el rendimiento de los cultivos de las tierras agrícolas circundantes.
En los parques fotovoltaicos las abejas cuentan con terrenos libres de herbicidas y químicos agrarios porque el crecimiento de hierbas se controla mediante el pastoreo de ganado. Así, estas iniciativas generan zonas ecológicas que permiten estudiar cómo el cultivo de plantas aromáticas - eucalipto, milflores, romero, retama y tomillo - incrementa la calidad de la miel.
Con estas actuaciones, la compañía avanza en su objetivo de mejorar la biodiversidad en el entorno de sus desarrollos renovables y contribuye a proteger una especie como las abejas, responsable de la polinización del 80% de las plantas del planeta y del 75% de los alimentos que consumimos. En paralelo, promueve el desarrollo de la economía circular ya que la miel producida se comercializará.
La planta fotovoltaica de Arañueño III (40 MW), ubicada en el municipio cacereño de Romangordo, es el primer proyecto fotovoltaico de España que incorpora un sistema de almacenamiento, en este caso, una batería de 3 MW de potencia y 9 MWh de capacidad de almacenamiento. Esta instalación forma parte del complejo Campo Arañuelo, ubicado en la comarca de Almaraz, integrado por las plantas fotovoltaicas Arañuelo I, II y III, que suman una capacidad instalada de 143 MW y evitarán la emisión a la atmósfera de 41.000 t CO2/año.
Situada en el término municipal de Usagre (Badajoz), la planta fotovoltaica de Nuñez de Balboa tiene capacidad para suministrar energía limpia a una población equivalente de 250.000 personas y evita la emisión a la atmósfera de 215.000 toneladas de CO2 al año.
Por su parte, la instalación renovable de Andévalo en Puebla de Guzmán (Huelva), evita la emisión de 15.000 toneladas de CO2 a la atmósfera cada año. Su producción de energía 100% renovable contribuye desde hace meses a descarbonizar el proceso de fabricación de cerveza, que realiza Heineken en sus cuatro fábricas en España.
Iberdrola tiene plenamente integrada la conservación de la diversidad biológica de los ecosistemas dentro de su estrategia, demostrando que es posible hacer convivir de manera eficaz el suministro de energía competitiva, limpia y sostenible con el equilibro del medio ambiente.
La compañía - que combina la instalación de proyectos renovables con la conservación de la diversidad biológica de los ecosistemas, cuidando flora, fauna y patrimonio natural, - prevé alcanzar ‘la pérdida neta nula’ de biodiversidad en 2030, apostando por el impacto neto positivo en los nuevos desarrollos de infraestructuras.