IBERDROLA Y LOS EMBALSES

Cómo los embalses favorecen el aprovechamiento sostenible del agua y ayudan a mitigar los efectos de la sequía en España

Las centrales hidroeléctricas existen en España desde hace más de un siglo, con una potencia instalada a inicio de 2023 por encima de los 17.000 MW (según datos de Red Eléctrica). En Iberdrola España, llevamos desde nuestros orígenes apostando por la energía hidroeléctrica como clave para un futuro más verde. Sin embargo, las bajas precipitaciones y altas temperaturas registradas en la península Ibérica desde 2022, con especial crudeza en las cuencas del Guadalquivir, Sur y Pirineo oriental, han creado un contexto retador en determinados sectores que ha derivado en mucha desinformación sobre las compañías eléctricas y los embalses en España.

La realidad meteorológica es preocupante. Más del 25 % del territorio español en escenario de alerta o de emergencia por escasez de agua a cierre del primer trimestre de 2023 (según el Ministerio de Transición Ecológica). La buena salud de los embalses es garantía de futuro ya que favorecen el aprovechamiento sostenible del agua y ayudan a mitigar los efectos de la sequía en España.

Nuestro propósito, como empresa que forma parte del Grupo Iberdrola, es claro: impulsar la transición energética para combatir los efectos del cambio climático, construyendo un modelo energético más eléctrico, saludable y accesible basado en las renovables.

La sequía no es una preocupación sólo en España. Se trata de un desafío global

Un cuarto del territorio de la Unión Europea está en situación de sequía, según el Centro Común de Investigación de la Comisión Europea, y los datos confirman que a nivel global la frecuencia de sequías repentinas ha aumentado en el 74 % de la superficie del planeta, convirtiéndolo en un desafío común que traspasa las fronteras nacionales. 

La sequía meteorológica es un fenómeno natural que se produce como consecuencia de las bajas precipitaciones y las altas temperaturas, en el que la actividad de las centrales hidroeléctricas no influye en absoluto y del que tampoco obtiene ningún beneficio. De hecho, el sector eléctrico es especialmente vulnerable al creciente estrés hídrico, ya que la producción hidroeléctrica puede disminuir considerablemente en los lugares donde es probable que disminuyan los caudales de agua. La disminución en la oferta de esta renovable, a su vez, puede generar un hueco en el mercado a otras fuentes de energía más caras y contaminantes.

Dentro de España, la falta de lluvias desde diciembre de 2022, con un mes de abril extremadamente seco en la práctica totalidad del territorio según AEMET, ha agravado la situación de escasez de agua. La peor situación continúa siendo la de las cuencas del Guadalquivir y Guadiana, así como algunas zonas del Ebro. La situación es también preocupante en las cuencas internas de Cataluña y de Andalucía. Afortunadamente, las demarcaciones del Miño-Sil, Galicia Costa, Cantábrico Oriental, Cantábrico Occidental, Júcar, Ceuta y Melilla se mantienen fuera del escenario de alerta. 

El movimiento de agua embalsada: regulado y transparente

Existe un importante control estatal sobre dónde, cómo y cuánto agua se desembalsa en las fpre españolas (lo que se denomina turbinar el agua, en términos de generación de la electricidad). De esta manera, las compañías energéticas operan con un estrecho margen, sujetas a unas normativas autonómicas y estatales muy estrictas. Se exige que siempre quede una importante reserva de agua que no se turbina, al tiempo que se garantiza un volumen de caudal adecuado aguas abajo (el “caudal ecológico” marcado por las Confederaciones Hidrográficas que protege la vida de los peces y la vegetación de ribera).

La Ley de Aguas marca las prioridades de uso del agua y la Administración las cotas máximas y mínimas en las cuales se mueve cada embalse. Pero son muchos más los organismos públicos implicados de una u otra forma en la regulación y control de la generación de energía hidroeléctrica en España. 

Organismos públicos con competencia en presas y embalses

Estos son los principales organismos públicos –estatales, autonómicos y municipales– con competencias diversas a fin de controlar que la creación, modificación y gestión de embalses y presas cumplan los requisitos medioambientales, de seguridad, sostenibilidad y competencia en todo momento.

La razón de ser de las presas es precisamente la de hacer un uso regulado de un recurso irregular como es el agua –la embalsada y la liberada–, de modo que aguas abajo se puedan seguir cumpliendo las funciones que establece la ley Enlace externo, se abre en ventana nueva.. Por orden: agua para beber, para regadío, para usos industriales y, cuando sea posible, para usos recreativos. Todo ello sin perjuicio de que haya embalses con esos aprovechamientos que se construyeron específicamente para la producción hidroeléctrica. Si hay agua y están las turbinas disponibles, es obligatorio por ley ofertar la energía al mercado. 

Además, es importante conocer en este contexto la obligatoriedad de cumplimiento del Convenio de Albufeira, que rige la coordinación en la gestión de los ríos que comparten España y Portugal (Miño, Duero, Tajo y Guadiana) y obliga a entregar unos volúmenes de agua. Esta norma afecta especialmente en el caso de Iberdrola a los embalses que opera en la cuenca hidrográfica del Tajo, como el embalse de Alcántara o el embalse de Cedillo (ambos en Cáceres), y en la cuenca del Duero, como la central de Aldeadávila (Salamanca) o el embalse de Ricobayo (Zamora).

Gestión sostenible del agua en los embalses

Un principio básico de la generación hidroeléctrica es que el agua ni se malgasta ni se pierde durante el proceso, tan solo se aprovecha su potencial energético para transformarlo en electricidad. Por ello, los embalses nunca pueden “gastar” agua, únicamente regulan su flujo, de forma transparente y estrictamente regulada. 

Es más, los embalses hidroeléctricos de regulación contribuyen de manera muy importante a regular (almacenar) agua, por lo que son elementos importantes que ayudan a combatir los efectos de las sequías. Y al mismo tiempo, evitar desbordamientos. Todo ello con un control exhaustivo del caudal que permite proteger el ecosistema fluvial, tanto en períodos de sequía como de extrema pluviosidad. Además, para poder seguir aportando su servicio energético en caso de sequías, existe la tecnología hidroeléctrica de bombeoEnlace externo, se abre en ventana nueva., que con un ciclo del agua cerrado puede hacer una planta independiente de las lluvias.

Las cifras de capacidad en contexto

Para poder dar un valor real a los datos que se leen sobre movimientos o traspasos de agua, es importante saber que España contaba, por ejemplo, al inicio de 2023 con una reserva hídrica de casi 26.000hm3 de agua embalsada, algo más del 46 % de la capacidad total de 56.069hm3 (según datos de Embalses.net Enlace externo, se abre en ventana nueva., web especializada en recopilar y mostrar datos del estado de los embalses de España en tiempo real). En las cuencas atlánticas, donde tenemos nuestras principales centrales hidroeléctricas, el nivel de reservas estaba por encima del nivel medio de los últimos 20 años, gracias a las precipitaciones recogidas a finales del año 2022 y principios del 2023. 

Partiendo de estas cifras, los embalses donde actúa Iberdrola, por ejemplo, se encontraban a inicios de 2023 en mejor estado que la media nacional y bastante mejor que el año anterior. En concreto en Extremadura, comunidad con mayor capacidad de agua embalsada, nuestros pantanos se encontraban a más del 70 % de su capacidad total, esto es más de un 20 % por encima que en 2022 y 45 % más que el promedio en el país. De esta forma, el consumo humano de agua está garantizado, llegando en Cáceres a contar con reservas suficientes de agua para abastecer los próximos 90 años. 

Las sequías también afectan la producción hidroeléctrica

Otra cuestión importante sobre el tema es que muchas compañías eléctricas, entre ellas Iberdrola España, tienen parte de su producción eléctrica previamente negociada con contratos a largo plazo. Si la producción hidroeléctrica disminuye notablemente de forma imprevista, esto perjudica al negocio teniendo que suministrar, en caso de necesidad, la energía faltante procedente de otras fuentes.

Energía hidroeléctrica: barata y limpia

La energía hidroeléctrica, además de ser renovable, limpia y no generar emisiones, es clave en la cobertura de la demanda de electricidad y evita el uso de tecnologías más caras y contaminantes. En el sistema energético español, el precio del KWh para cada franja horaria de cada día se marca el día anterior, determinado por el Operador del Mercado Ibérico de Energía a partir del punto de equilibrio entre la oferta de venta de los generadores y la oferta de compra de las comercializadoras y grandes consumidoras. Por eso, cuanta más energía renovable se oferte, contando la hidroeléctrica, con un coste variable mucho menor al de los combustibles fósiles, más se reducirá ese precio final.

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